22 de mayo de 2019

Cuando escritores de libros se involucran en los videojuegos

Con la confirmación por parte de George R.R. Martin (Canción de Hielo y Fuego/Juego de Tronos) sobre su contacto con una desarrolladora japonesa -se especula From Software, creadores de Dark Souls, Bloodborne o Sekiro- y la posibilidad de que colabore en la trama de un videojuego, muchos han dudado sobre si las relaciones entre dos medios tan diferentes puede funcionar.

Porque la industria de los videojuegos tiene sus grandes escritores: Chris Avellone (Planescape: Torment, Icewind Dale, Fallout: New Vegas, Pillars of Eternity...), Warren Spector (Deus Ex...), Erik Wolpaw (Psychonauts, Portal...), Drew Karpyshyn (Baldur's Gate II, Mass Effect, Jade Empire...) y tantos otros cuyos trabajos se centran en la narrativa a través de la imagen, sonido y control de los propios jugadores, algo que implica muchos aspectos que van más allá de recurrir exclusivamente a la escritura para diseñar las escenas.

No es algo sencillo para un escritor, pues, adaptarse a un medio tan diferente, sobre todo porque en muchos casos ni siquiera llegan estar interesados en este mundillo y algunos, de hecho, odian abiertamente este medio como puede ser Dan Brown (El Código Da Vinci y otras historias de Robert Langdon), quien relacionó a videojuegos con violencia. Por ello, vamos a repasar algunos ejemplos de relación entre autores de diferentes libros y nuestro medio, especialmente en el caso de RPGs, con resultados muy dispares.

Seguramente, cuando pensamos entre la relación entre una obra literaria y un RPG, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la de la saga The Witcher, de Andrzej Sapkowski. El escritor polaco no tiene en mucha estima a la industria de los videojuegos, que considera totalmente fuera de su esfera de interés. Es más, explicó en una entrevista que, al no haber estado involucrado en los juegos, no se pueden considerar como parte del universo de los libros por muy buena y coherente que sea la adaptación, ya que sólo el autor original puede crear historias para el mismo. También llegó a exigir varios millones de euros a CD Projekt porque considera que tuvo un acuerdo perjudicial con la venta de los derechos de sus obras, por lo que evidentemente no es un buen ejemplo de una perfecta relación entre un escritor y los videojuegos.

Aunque esto se debe también a los gustos e ideas de Sapkowski, porque un autor tan respetado -y adorado- en la actualidad como Brandon Sanderson (del que si nos ponemos a citar obras casi nos quedamos sin espacio, es de los autores de fantasía más prolíficos de la actualidad) explicó que le ofrecería a CD Projekt los derechos de una de sus sagas más importantes, Nacidos de la Bruma, de forma completamente gratuita, sólo por verles realizar un videojuego del nivel de The Witcher 3 con su obra.

No es el único, ya que muchos autores actuales sienten pasión por los videojuegos y consideran que sería un gran paso para sus obras el ser adaptadas a esta industria. Eso sí, no todos tienen suerte incluso cuando firman un acuerdo, ya que Patrick Rothfuss (creador de la saga Asesino de Reyes) ha llegado a vender hasta dos veces los derechos de su obra con vistas de que se realizasen adaptaciones a series, películas y/o videojuegos, pero ninguno de los compradores ha llegado a completar alguna obra con esos derechos.

Pero, claro, si un escritor de renombre está interesado, propuestas para participar en un videojuego no le van a faltar, sobre todo por medio de estudios que les añadan en sus proyectos cuando logran alcanzar un objetivo concreto en Kickstarter. El propio Rothfuss participó de esta forma en Torment: Tides of Numenera (PC/PS4/XB1, 2017), encargándose de diseñar a su propio personaje y la historia a su alrededor. Ese personaje, la pequeña Rhin, es de los más memorables del juego, ya que es una niña con capacidades combativas casi nulas, que sólo quiere estar a salvo y odia la violencia. Una rémora para el grupo pero, claro, mejor con nosotros que a menos de unos esclavistas. Esa es la clase de resultados jugables completamente originales que se logra si combinamos a un autor ajeno al medio, sus ideas serán únicas.

Otros autores actuales también han logrado participar directamente en sus propios videojuegos, aunque con suerte bastante dispar que podemos recordar, nos dejan títulos como Wayward Manor (PC, 2014) que es considerado uno de los peores trabajos como escritor de Neil Gaiman (American Gods). El malogrado Robert Jordan tuvo una adaptación bastante... confusa de su universo La Rueda del Tiempo con Wheel of Time (PC, 1999) y la participación de R.A. Salvatore (autor de parte de la saga Reinos Olvidados) en el decente título pero ruinoso proyecto de Kingdoms of Amalur: Reckoning (PC/PS3/360, 2012) no será precisamente bien recordada por lo que acabó pasando con el proyecto.

También podemos decir que, incluso sin estar involucrados directamente, muchos autores importantes han dejado su sello en la industria de los videojuegos, influenciando multitud de RPGs. Básicamente toda la fantasía medieval bebe de Tolkien (El Señor de los Anillos) o Robert E. Howard (Conan el Bárbaro), múltiples adaptaciones con aspectos de terror toman influencias de Stephen King, encontramos muchos demonios de la saga Shin Megami Tensei (entre otros tantos títulos) basados en el universo creado por H. P. Lovecraft... la literatura fantástica es una referencia recurrente en los videojuegos.

Porque, en general, muchos autores prefieren mantener la distancia con respecto a otros medios que no dominan tanto y suelen dejar a los más entendidos realizar ese trabajo. El propio Ken Follett (Pilares de la Tierra) reconoció abiertamente que no quiso revisar o tocar aspectos de la adaptación que Daedalic hizo de su obra porque ellos saben en el medio que están trabajando mucho mejor que él. Otros autores, por otra parte, son aficionados al rol más puro, al de papel y lápiz, de forma que algunas de sus partidas llegan a ser adaptadas de forma escrita. El mítico Terry Pratchett llegó a crear con sus colegas, John M. Ford y Phil Masters el juego de rol basado en Mundodisco porque era muy aficionado a este género. Además, el camino inverso RPG->Libro lo hemos visto en muchos videojuegos de renombre, como Mass Effect o World of Warcraft, por lo que la relación aquí implica que el novelista o dibujante es quien ha leído previamente todo lo que el escritor de videojuego planteó en el lore de su obra y así surgen las obras literarias basadas en los mismos.

Esta relación es tremendamente diferente cuando nos desplazamos a Japón, donde los videojuegos están tan arraigados en la sociedad que la relación entre escritores y esta industria es mucho más fluida y directa. Básicamente, la mayoría de sagas importantes de RPGs cuentan con su propia adaptación al manganime, con casos tan llamativos como "Las Aventuras de Fly" (Dai en el resto del mundo) que Riku Sanjo y Koji Inada convirtieron en una de las sagas alternativas del universo Dragon Quest más adoradas por la comunidad. En otros casos, hemos tenido precuelas (Tales of Vesperia: The First Strike), adaptaciones similares acelerando diferentes aspectos (Persona)... e incluso sagas completas pertenecen a conglomerados que conocemos más por realizar videojuegos, ya que obras tan maravillosas como Full Metal Alchemist, de Hiromu Arakawa, pertenecen a Square Enix.

En el país del Sol Naciente que figuras como Shin Kibayashi (el hombre de los múltiples seudónimos) participen en títulos como Fire Emblem Fates (NDS, 2015/16) fue sorprendente porque no había sido relacionado previamente con la industria de los videojuegos, ya que ahí la línea existe exclusivamente entre los autores que escriben sus propias novelas, sin ningún interés en vender sus adaptaciones a la industria del manganime/videojuegos, y el resto. La cultura de allí establece una relación mucho más directa, salvo en los casos de "libros serios", donde los acuerdos entre autores y sus adaptaciones se suelen marcar sobre cuánto va a poder decidir el creador original sobre las mismas.

Por esa razón resulta tan interesante una posible mezcla entre un autor occidental con un estudio japonés, porque son dos mundos acostumbrados a relacionarse de forma muy diferente. Evidentemente, será complicado que este potencial encuentro vaya más allá de una pequeña asesoría o especificar determinados detalles, pero es un paso más en el interesante camino de la expansión y globalización de la industria de los videojuegos. ¿Cuáles son los autores que recordáis con más cariño por su participación en ciertos juegos?

1 comentario:

  1. Lo de Salvatore en Kingdoms of Amalur Reckoning me parece lo más reseñable. Muy rico todo el lore que creó para esa saga. A ver si THQ Nordic puede revivir esa saga que tenía mucho potencial (Kingdoms of Amalur Reckoning es mi RPG occidental favorito de la última década).

    Luego si nos vamos a otros tipos de escritura como el manga, la implicación de Akira Toriyama en los Dragon Quest y Chrono Trigger también me parece digna de nombrar.

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