Level 5: ¿Qué tiene, qué busca y qué le falta?

Level 5 es de las compañías niponas más crípticas del momento: tras evidentes puntos bajos, en los que sus últimos lanzamientos encadenaban malos resultados, el lanzamiento de un Gacha basado en su saga Ni No Kuni logró unos números de récord que le permitieron hacerse con un capital clave para afrontar toda una revolución que les habilitase el regreso a una primera plana de la industria que alcanzaron con los Profesor Layton, Inazuma ElevenYo-Kai Watch en su día. Una compañía que siempre solicita que sus proyectos sean localizados a diferentes idiomas para su lanzamiento fuera de Japón y que tuvo su cima en las épocas de las portátiles DS de Nintendo.
 
Caracterizada por su estilo animado, aunque cuenta con algunos títulos que no se han movido en ese apartado visual, Level 5 también ha colaborado en varios RPGs de alto calibre (como Dragon Quest VIII y IX o Final Fantasy XIII-2) y ha estado bajo el techo de Sony con los Dark Cloud/Chronicle, Rogue Galaxy, White Knight Chronicles... Ahora se encuentra en pleno desarrollo de sus proyectos de alto calibre que busca recuperar sus sagas principales tras años de silencio. En su momento, no le dedicamos un artículo de análisis como este porque hemos seguido su caída y evolución con diferentes artículos, pero ahora puede ser un buen momento para repasar lo que tiene en su debe y en su haber una de las compañías más interesantes para los amantes del género nipón.
 
Sin duda, el punto clave de Level 5 son las franquicias que ha desarrollado con el paso de los años: Profesor Layton, Inazuma Eleven, Yo-Kai Watch, Ni No Kuni y Fantasy Life se pueden considerar como las más importantes, aunque también cuentan de sagas con mucho menos impacto como Little Battlers o, si los consideramos con sagas, Megaton Musashi, Snack World y los Guild. Pero probablemente no quieran acercarse a ninguna de esas franquicias secundarias porque todas dejan malos recuerdos. De ellas, hay que considerar que Yo-Kai Watch fue la que más rédito les dio (fue una locura en su época de Japón, casi comparable a la del comienzo de Pokémon), pero también la que reveló de forma más claras los problemas de la compañía para medir la sobrexplotación de sus propios productos y la rápida "muerte" de su gallina de los huevos de oro.
 
Profesor Layton es, quizás, su franquicia más internacional, todo un clásico de los tiempos de Nintendo DS pero con una repetitividad de su fórmula que le hizo perder público de forma progresiva. El intento de regenerarla en el 2017 con Layton's Mystery Journey fue un fracaso, pero ahora está en desarrollo una nueva entrega del Profesor Layton como tal que intente aclarar si de verdad la época del detective de puzles pasó definitivamente. También tiene un gran alcance Ni No Kuni, aunque al estar involucrado Studio Ghibli y formar parte de un acuerdo con Bandai Namco, no está del todo claro cuánta libertad para lanzar títulos de esa franquicia tiene Level 5. Teniendo en cuenta que una nueva entrega no está entre los títulos en camino, tiene pinta de que no cuentan con un control real sobre la saga. En cuanto a su Gacha, que tuvo unos números loquísimos por encima de los 100 millones de dólares en poco más de una semana, acabó hundiéndose solo al adaptarse al modelo blockchain.
 
Inazuma Eleven es de las series más populares en países donde el fútbol es de sus deportes más importantes: una mezcla entre RPG y título de fútbol arcade con supertécnicas para definir muchos regates, entradas, tiros, bloqueos y paradas. La serie siempre ha tenido números aceptables, aunque los problemas con el nombre de su última entrega hizo que ésta nunca viese la luz fuera de Japón. En la actualidad también está previsto su regreso para noviembre de este año, pero éste se producirá tras infinidad de retrasos y varios cambios completos de su sistema de juego o argumento, en uno de los desarrollos más caóticos que se recuerdan en la industria. Está por ver cómo acaba el camino, porque llegaron a tener más de medio millón de jugadores solo en la beta, pero el último retraso de agosto a noviembre ha minado (y mucho) la moral de sus aficionados.
 
Fantasy Life es la cuarta en este grupo casi por sorpresa: fue un título de buen rendimiento en Nintendo DS, contó con una versión online solo de Japón y Fantasy Life i era más una piedra de toque para saber si la compañía podía recuperar la presencia en el mercado actual... Pero al superar holgadamente el millón de copias vendidas parece claro que debemos tomarnos en serio a esta saga, que ha logrado mantener una señal de identidad clara con su intercambio de trabajos de combate, recolectores y fabricantes para elaborar un RPG de Acción relajado muy entretenido y, sobre todo, de éxito comercial. Ya, fuera parte de sus sagas, Level 5 tiene también un fuerte énfasis en la tecnología de IA generativa, usándola para ideas, diseños e incluso vídeos, demostrando que no fueron habladurías eso de que buena parte de su hundimiento también estuvo causado porque desde dirección se querían ahorrar costes de trabajadores. Además, suelen encontrar acuerdos de localización que adaptan sus obras a múltiples idiomas, aunque eso retrase sus lanzamientos.
 
El objetivo principal de la compañía es recuperar su presencia en el mercado y volver a tener a sus franquicias con una salud aceptable. Tras comprobar que Fantasy Life puede mantenerse, Inazuma Eleven y Layton serán los siguientes en pasar por el escrutinio del público, el primero con una nueva entrega y también con un remake de su título original en desarrollo. Tras ellos, parece que el objetivo es lanzar otro nuevo juego que tenga el potencial de mantenerse en este nuevo mercado. El principal elegido es Decapolice, un RPG de Acción que mezcla investigación criminal y una ciudad virtual que explorar pero del que no hemos visto casi nada nuevo desde su presentación hace ya años. En cuanto a Holy Horror Mansion, parece más un intento de realizar un relanzamiento de la marca Yo-Kai Watch pero con otro nombre y algunas mecánicas diferentes, aunque la verdad es que su vídeo de presentación solo destacó por las colaboraciones de artistas venidos a menos y el uso de la Inteligencia Artificial.
 
Con estos el objetivo debería ser encontrar unos cimientos sobre los que construir la compañía en el futuro, ya que Level 5 siempre se ha movido en la explotación de sus propias marcas. En ese sentido también es importante considerar que suelen buscar mantener la rentabilidad de sus series de forma continuada, originalmente lo hacían con multitud de lanzamientos cercanos (nueve Laytons e Inazuma Eleven en cinco años, 13 Yo-Kai Watch en siete años entre versiones y spin-offs) pero ahora parecen buscar un modelo más centrado en juegos de servicio, que puedan mantener a un público constante con parches, DLCs y nuevo contenido. Esa es la filosofía de Fantasy Life i y parece que será la de Inazuma Eleven: Victory Road, además de la que mantuvieron en Japón con productos de mucho menor éxito. Además, siempre buscan que todo tenga un toque Cross media, con series de animación, adaptaciones manga, merchandising... que les pueda dar una rentabilidad muy por encima de la del videojuego como tal.
 
Evidentemente, el gran problema de Level 5 es que miente de forma descarada una y otra vez. El tema de los marcos y fechas de lanzamiento ha sido un constante, con Inazuma Eleven: Victory Road originalmente previsto para septiembre del 2019 y continuos cambios de fecha hasta el reciente del 21 de agosto al 13 de noviembre. Pero es que tuvo la desfachatez de anunciar tres juegos en el Direct de febrero del 2023 que se tendrían que publicar ese mismo año (ninguno lo hizo) y prácticamente la totalidad de sus lanzamientos recientes ha tenido, como mínimo, un par de retrasos, incluso tras dar una fecha fija. Se podría achacar a que la compañía no controla bien sus ritmos de producción, pero cuando pasa de forma tan continuada parece evidente que "vende humo" y suelta fechas cercanas con la esperanza de calmar a sus inversores o potenciales jugadores, aunque sabe perfectamente que nunca podrá cumplir ese objetivo.
 
Aun así, también es evidente que tira muchos procesos de desarrollo a la basura: Inazuma Eleven: Victory Road fue jugable en en el año 2018 cuando todavía era Ares. De esa época tenemos gameplay, personajes, partes completas de la historia que incluso tuvieron serie de animación... todo abandonado y cambiado o reciclado hasta llegar a la versión actual. Luego tenemos partes de Fantasy Life i que enseñaron y no estuvieron presenten en el juego final de la misma forma, probablemente la mitad de lo que mostraron en los vídeos de Decapolice no se corresponda al juego real, sabemos que de Holy Horror Mansion igual mantienen el diseño del chaval y ni podemos poner la mano en el fuego por el tema de la cámara... En parte, todo se puede achacar a que enseñan puros vídeos camuflados de gameplay, o que diseñan partes sólo pensando en que se verían bien en vídeo y luego cuando trabajan en el juego como tal todo tiene que cambiar para que fluya mejor... Pero no deja de ser un esfuerzo en hacer contenido que luego tienen que descartar posteriormente y que supone un coste absurdo.
 
Otro problema que siempre tienen es el ritmo que aplican a sus propias franquicias, sobrexplotándolas en exceso hasta que dejan de ser interesantes para el público por su reiteración. Lo intentaron corregir con múltiples cambios de sistema de juego en Yo-Kai Watch, pero eso solo sirvió para quemar la saga todavía más rápido. Esa dicotomía entre "más de lo mismo" y "demasiado cambio" siempre tiene la misma causa: publican demasiados juegos de una saga en muy poco tiempo, por lo que estos efectos se multiplican y destrozan a sus sagas a toda velocidad. Ahora el regreso de Inazuma Eleven o Profesor Layton puede funcionar por el factor nostálgico tras tantos años sin nuevas entregas, pero si ese aspecto no funciona esas sagas se podrían considerar como defenestradas. Y perder franquicias reconocibles hace aún más arriesgados (por la necesidad de que funcionen bien) los lanzamientos de nuevos juegos.
 
Asociado a esto, ese toque nostálgico hacia las obras de Nintendo DS y PSP puede ser una gran ayuda, pero también un espejismo magnificado por la corriente de opinión de muchos influencers que crecieron en esa época. Si sus nuevas entregas logran vender alrededor de un millón de copias todo estará bien, pero de jugar una demo a pagar 70€ por un juego en noviembre, con el año de espectaculares lanzamientos que estamos teniendo, va un trecho. Level 5 debe tener cuidado con comercializar a sus juegos como si fuesen el AAA más esperado del año, sobre todo porque como su producto no acabe de dejar un buen sabor de boca, un precio de ese calibre puede provocar un abandono definitivo de tu potencial cliente. Máxime teniendo en cuenta que los jugadores de consola tendrán que sumarle el coste de la cuota para jugar a la parte multijugador de tu título. Y Level 5 no debería estar para ponerse elitista con sus jugadores, que ahora mismo necesita números que respalden su recuperación, no esquilmar todo lo posible la nostalgia hasta el punto de secarla y quedarse con pan para hoy, pero hambre para mañana
 
Así pues, con Level 5 solo nos queda comprobar cómo rinden sus próximos lanzamientos para poder aventurar realmente su posición en el mercado. Ahora mismo la situación parece positiva, ya que venimos con el buen sabor de boca y rendimiento de Fantasy Life i, tenemos a Inazuma Eleven: Victory Road con mucho interés por parte de su comunidad y sus próximos proyectos como Decapolice parecen tener potencial. Pero claro, todo esto se puede ir también al traste muy rápidamente y llevar a la compañía a una nueva espiral destructiva donde un mal resultado supone un palo en la rueda del desarrollo de su siguiente proyecto, que sufre un mal resultado por ello... La compañía ya se ha visto en esa situación y debería haber aprendido de sus errores para no acabar con una situación similar de nuevo.
 
La cuestión es que intenten corregir los muchos defectos que sigue arrastrando (lo de las mentiras en las fechas es delirante) y logren encontrar un mejor equilibrio con sus sagas, porque es un estudio que sabe hacer buenos RPGs, simples, divertidos y de ese corte infantil que viene bien de vez en cuando. Si vuelven a poner los pies sobre la tierra y retomar una marcha más estable, Level 5 debería ser una de esas compañías sólidas de la segunda plana nipona, de esas que pueden acabar explotando con un buen lanzamiento como les pasó con Yo-Kai Watch en su día. Su corriente Cross media es también de la que puede ayudar a atraer a un nuevo público, aunque también es cierto que ahí tiene menos control de los tiempos y del potencial éxito.
 
¿Cómo la veis vosotros? ¿Confiáis en la "nueva" Level 5 y sus próximos proyectos?

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