19 de febrero de 2018

[Análisis] Zenith

No sería la primera vez que jugando algún RPG nos encontramos con un cliché, uno de esos estándares que parece necesario seguir a pies puntillas en el género y aceptamos como parte inherente del mismo. Zenith se hace eco de ellos y nos presenta una interesante propuesta donde busca reírse de algunas de las bases de nuestro género, siendo este humor y la sátira el mayor punto fuerte de una aventura que se queda corta en todo lo demás.

Zenith fue lanzado en PC, Xbox One y PlayStation 4 durante el año 2016 bajo el marco de indie de reducido presupuesto y producción española, desarrollado por Infinigon y distribuido por Badland games. No fue favorecido ni por crítica ni público en términos generales, entre otras cosas por ser bastante simple en la mayoría de sus apartados, también posiblemente al ser un desarrollo bastante humilde, con una plantilla de producción y recursos limitados. Sin embargo, para aquellos que se animen a jugarlo en algún momento, no se puede dejar de destacar que se encontrarán con una aventura llena de humor (decenas de chascarrillos y guiños en general al propio género RPG) que busca la autocrítica narrativa y jugable del mismo, destacando todos esos clichés que alguna vez hemos encontrado poco creíbles y que, de una u otra forma, se encuentran referenciados como un homenaje en Zenith donde, sí, también aparecerá algún cameo de personajes conocidos en otras series.

Quizás una de las mejores formas de definirlo sería indicando que si Evoland es un homenaje a la evolución del género RPG, Zenith es "su hermano cafre", que hace algo similar, pero satirizando todos sus elementos. Pero comentemos sus diferentes aspectos:

La historia de Zenith pone sobre la mesa muchos de los elementos esenciales y típicos en los RPGs: hay un imperio, un ritual que no sale bien y un dios malévolo que quiere destruir el mundo como resultado de jugar con artefactos de épocas antiguas y civilizaciones extinguidas. A pesar de no destacar en primera instancia, es también su punto de referencia para hacer burlas constantes a las típicas historias.

Esto nos presenta situaciones que habremos vivido en múltiples títulos pero que serán solventadas de las formas más dispares. Por poner algún ejemplo, nos encontraremos a personajes reventando la puerta de un templo antiguo para no tener que pensar en cómo resolver el acertijo que la abre porque, bueno, ¿cómo va a detener eso a personajes que pueden matar dragones antiguos? Por otra parte, también nos encontraremos momentos irreverentes, como atacar a un demonio antiguo usando como proyectil un elefante (y perfectamente encajado según la trama). Esa clase de situaciones son, pues, las que provocarán que valoremos Zenith más allá que con el desarrollo y desenlace de nuestra aventura que, por otra parte, también esconde algunos giros de guión que la hacen más interesante de lo que puede parecer en primera instancia.

Eso sí, a veces el volumen de chascarrillos es excesivo, como si el juego se esforzara en recordarte constantemente que lo estás jugando solo por esta razón, lo que lo acaba saturando en algún momento, aunque al menos se relaja al ir avanzando hasta alcanzar una proporción entre humor y seriedad razonables. También destacan algunos cameos de otros juegos que nos sacarán más de una sonrisa, con comentarios sobre ellos que satirizan bastante sus aventuras.

Sobre los protagonistas de la aventura, podemos comentar que si ya se ha profundizado en anti-héroes con otras propuestas, en esta ocasión nos encontramos a una pareja de bufones (sobre todo Argus) a los que realmente se les coge cariño por las situaciones que crean. Son bastos, coherentes y creíbles a partes iguales, lo cual los hace realmente interesantes.

Eso sí, dada la temática que busca tener el título es cláramente para adultos, no solo porque exige cierto conocimiento del género RPG, sino porque también tocará temas como el sexo o aspectos de la sociedad actual tratados de una forma un tanto cruda, lo cual es algo que el juego hace bien probablemente sin proponerselo, alejándose de las historias y personajes idílicos presentados en muchos otros juegos.

Es un juego que nos muestra que los héroes no siempre tienen que ser desinteresados o recaderos de diferentes personajes. No siguen esa línea virtuosa o el juego de la doble moral. Nuestros protagonistas serán pícaros que tendrán la oportunidad de salvar el mundo, pero buscando alguna ganancia en ello. Lo cual hasta resulta sorprendente y original incluso en estos tiempos. 

Zenith es un Action RPG con vista cenital con bastante parecido a títulos como Diablo, no destaca absolutamente en nada en su jugabilidad y, por desgracia, tiene bastantes fallos que le pasan factura.

Por ejemplo, se pretende desarrollar a los personajes a través de un árbol de habilidades que se puede ir desbloqueando a medida que se sube de nivel. Bastante tradicional hasta aquí, el problema es que está bastante mal implementado y las mayoria de habilidades desbloqueables tienen muy poco impacto en el juego (como un aumento del 1% de daño) o magias que tienen nula utilidad.

También uno de los mayores problemas se produce en el enfrentamiento directo, ya que aunque cuenta con acciones de ataque y defensa, es imposible alternar entre las mismas y al final el juego se reduce en atacar y aguantar los golpes mediante curación, puesto que la acción de defensa es tan lenta que no es realmente usable.

Por otra parte, aunque cuenta con algunos jefes finales, sus mecánicas son bastante pobres y se acaba reduciendo a atacar y encajar golpes como cualquier otro enemigo (eso sí, con mucha más salud y ataques más fuertes).

La duración de Zenith no superará las 20 horas, pero esto es probablemente positivo para lo que el juego pretende ofrecer, ya que alargarlo más sería contraproducente y realmente innecesario para lo que queremos que nos ofrezca.

En cuanto a su dificultad, ésta no llega del propio planteamiento si no de sus errores de jugabilidad. No es tan dramático y no nos exigirá una estrategia concreta en ningún momento de la aventura, pero sí que es cierto que sus fallos nos pueden sacar de quicio en más de un momento. Tampoco es que nos lleguemos a quedar bloqueados, pero en términos generales el mayor problema son estos bugs y, en el resto, se queda muy atrás a la hora de plantearnos un reto.

La falta de recursos pasa también factura en el apartado artístico, muy pobre en todos los sentidos. Aunque al menos se han esforzado en el diseño de algunas localizaciones y nos encontramos bastante diversidad (desde parajes boscosos a ciudades flotantes).

En el apartado sonoro su mayor problema es la cantidad y no la calidad, la mayoría de las piezas pasan desapercibidas y no desentonan, creando una buena ambientación acorde con los momentos de trama, el mayor problema puede ser quizás que el repertorio es limitado y varias de ellas se repetirán con demasiada frecuencia.

Si buscas un homenaje al género RPG con mucho humor, es posible que te merezca la pena probar Zenith. Su propuesta se basa en esta premisa y consigue brillar por ello en algunos momentos que no vamos a olvidar, resultando también en una trama simple pero creíble y adulta.

Sin embargo, si buscas cualquier otra cosa destacable en este juego no lo encontrarás, por lo que tienes que tener claro que quieres desconectar de propuestas más elaboradas para simplemente reirte un rato (entendiendo que te gusta este tipo de humor). Es un juego diferente, con grandes limitaciones y un claro punto fuerte.

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