Yuppie Psycho es en planteamiento un juego Survival Horror 2D ambientado en un edificio de oficinas de los 90, que tira de las asociaciones entre la agresividad sociopática propia del estilo de vida corporativo y violencia explícita como tema básico, en estética y narrativa. Es a todas luces un tópico literario explorado en cientos de obras, pero la inspiración obvia aquí es la película del año 2000, American Psycho. Empero, este título se desvía notablemente del planteamiento inicial en lo que a ejecución se refiere, y ahí están sus atractivos.
La historia sigue a Brian Pasternack, en su primer día de trabajo en la multinacional Sintracorp. Nada más entrar en el edificio, se le llama a dirección y firma un contrato según el cual se compromete a matar a la Bruja, un ente sobrenatural que lleva décadas manteniendo la empresa en un yugo de maldiciones y monstruos. Brian viene con la idea de ser un oficinista de más y se ve constantemente sobrepasado por la situación de delirio de Sintracorp, con cadáveres y engendros en cada pasillo. La inteligencia artificial que vive en los ordenadores de la empresa, Sintra, hace las veces de asistente personal y su guía durante la misión.
Lo original aquí está en los elementos sobrenaturales y de "body horror" añadidos al terror más limpio, humano, clínico de la ambientación de empresa. Yuppie Psycho intenta casar tonalmente el ejecutivo chalado que mata a sus compañeros de trabajo por estrés y el zombie que persigue por un callejón estrecho de noche; es muchas veces la ambientación del primero con la amenaza del segundo y el experimento no siempre funciona pero se las arregla para ser único en ambos estilos. Sin embargo, la trama central de este juego está (sin entrar en spoilers) desatada de ambos, es una historia que bebe de misticismo asiático.
Yuppie Psycho castiga al jugador. No porque los puzles sean difíciles o porque el juego en general sea letal (aunque lo es en momentos puntuales) sino por lo extremadamente duro y punitivo de los sistemas de guardado y salud. Al estilo de los Survival Horrors clásicos de los 90, hay objetos curativos limitados y la mayoría de fuentes de daño quitan bastante vida, así que el juego anima a esquivar, pensar y racionar recursos en situaciones complicadas. O lo haría, si el sistema de guardado no estuviese también atado a los mismos. Guardar la partida en Yuppie Psycho sólo puede hacerse en fotocopiadoras fijas y para ello se necesita una hoja de papel de bruja, objetos limitados de los que se consume uno en cada guardado. Son canjeables como moneda en una de las tiendas del juego, lo cual les da un uso paralelo y los hace aún más escasos. Eso no sólo impide guardar cuando se quiere, añade un coste a los mismos y una amenaza eventual de no poder guardar la partida. La tensión jugable que añade al ambiente está bien conseguida, pero es extremadamente engorroso y anima a jugar sin guardar durante largos períodos de tiempo para ahorrar papel, lo cual amplifica el coste de las muertes y desanima al jugador.
El apartado visual es ya una seña de identidad del estudio. El pixel art es increíble, y las escenas animadas tienen un cuidado ejemplar. Destacar aquí la decena de clips de pocos segundos con actores reales, contextualizados dentro de la historia como cine de terror amateur. La Banda Sonora viene a cargo del impecable Michael “Garoad” Kelly (el compositor de VA-11 HALL-A que también hizo unas cuantas canciones para YIIK: A Postmodern RPG) y está a la altura de sus mejores obras, aunque hay un cierto choque entre la estética y la música en unas cuantas escenas que es difícil de precisar.
Yuppie Psycho es una verdadera joya. Intenso, escalofriante a ratos, con una consistencia estética y tonal que aguanta durante todo el juego. Dura entre seis y ocho horas, algo más si uno se atasca. El crescendo gradual de la trama y las amenazas culmina magníficamente, más aún si tenemos en cuenta lo terrible del listón en el clímax de historias de terror. Lo duro de los sistemas puede echar a atrás a alguno, pero será un atractivo para muchos más. Un triunfo en toda regla.
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