Antes de expandir esta idea y su relación con el clásico de PlayStation Xenogears, queremos indicar que este artículo contiene spoilers significativos de ese título, así que si aún no habéis completado a uno de los mejores RPGs de la historia, más vale que lo añadáis a vuestra lista de próximos juegos a superar.
Porque estamos ante una trama que nos lleva a que, eventualmente, debamos enfrentarnos a Solaris para evitar el advenimiento de Dios. Al descubrir que la fuente de energía de los gears y prácticamente todo el mundo es conocida como Zohar y que en su interior se encuentra encerrada "La Onda Existencial" o "El Existente", este juego ya nos deja muy claro hasta dónde pueden llegar las implicaciones del concepto de la divinidad sobre la que tanto se ha filosofado. Tratamos con un ser que roza el misticismo, prácticamente atemporal, prisionero de Zohar durante más de diez milenios y que en todo ese tiempo simplemente podía observar lo que sucedía, sin poder participar en los sucesos del mundo.
El Dasein de Heidegger contiene una particularidad que también se relaciona con el Existente de Xenogears y esta particularidad reside... en no tener ninguna. Me explico: al principio del artículo hemos analizado el concepto de existencia al eliminar todos los elementos accesorios de una situación cotidiana de observación, pero el Existente es la definición perfecta de esa idea: no es que no haga falta ni banco ni atardecer, es que no tiene cualidades físicas. Es existencia pura. Está ahí, simplemente esperando regresar al plano superior (clara influencia platónica) y por ello utiliza al Contacto como medio para tratar de intervenir en la existencia y liberarse de Zohar, pero sin tener capacidad de intervenir como algo más que puro observador. Como el que ve moverse los minutos del reloj esperando a algo que nunca ocurre.
Hay muchas razones por las que El Existente resulta una figura tan interesantes en Xenogears, ya que acaba resultando la clave de toda la trama y la razón por la que luchamos. De hecho, su presentación en la etapa final dota de sentido a todo el desarrollo del juego hasta ese momento, resultando también un ejemplo de los conceptos del Dasein, el misticismo de Platón o el dios de Plotino. Por esto y mucho más (porque nos podríamos parar en cualquiera de los muchos aspectos filosóficos de este juego), Xenogears cala tan fuerte en tantos jugadores. Es un juego que va más allá de la pura teoría y nos muestra ejemplos en su propio desarrollo, sin que aspectos que puede que llamasen más la atención en un primer momento, como las referencias al catolicismo y otros "tabúes" de la época, se queden en la estética y poco más.
¿Qué otros elementos filosóficos de este juego os llamaron la atención poderosamente? ¿Cuáles creéis que son los juegos de la saga con un mejor mensaje de este tipo?
La comversacion con la Onda Existencial es toda una maravilla. Ante todo lo primero que le Fei le pregunta es si es Dios y le responde que "en cierto modo/se podría decir que si/a veces me llaman así" es una manera de indicar que llamar divinidad a algo tan trascendente es quedarse corto. Eso se relaciona con el concepto bíblico de inconmensurabilidad y tmb co el Tao de Lao Tze
ResponderEliminar