14 de octubre de 2019

[Análisis] Trine 4 The Nightmare Prince

Ya con diez años a sus espaldas, la franquicia Trine de Frozenbyte se ha convertido en una de las grandes referentes heredadas de clásicos como The Lost Vikings: títulos de aventuras, combates y puzles en los que usar las habilidades combinadas de tres personajes para poder avanzar. Además, en esta saga otro de los aspectos claves es la opción de completar toda la trama de forma cooperativa con otros jugadores.

Esta cuarta entrega llega escarmentada por un Trine 3 (2015), con muy malos resultados al intentar adaptar la franquicia a los entornos en 3D. Este The Nightmare Prince nos recupera la esencia del desarrollo en 2.5D con una aventura disponible desde el pasado ocho de octubre en PC, PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch.

¿Ha funcionado este nuevo movimiento que devuelve a la serie a su estilo más habitual? Vamos a analizar sus diferentes aspectos:

Los tres héroes de toda la saga Trine vuelven a la acción. El mago Amadeus, el caballero Pontius y la ladrona Zoya recibirán el encargo de localizar al príncipe Selius, dotado de grandes poderes mágicos, quien sufre unas pesadillas capaces materializarse y alterar el mundo real. Con este planteamiento, nuestros protagonistas deberán surcar diversos parajes afectados por los sueños oscuros, localizando pistas para descubrir el paradero del príncipe.

La trama no se complicará mucho más allá, ya que no será excesivamente relevante a lo largo de la aventura, de forma que sólo tendremos un planteamiento, un viaje y una conclusión. No existirán historias paralelas, misiones secundarias o posibles desvíos, lo cual es lo habitual en la saga. El gran aliciente estará en el propio trío de protagonistas, que recordarán pasadas aventuras en un camino donde les veremos perpetrar sus clásicos roles, a pesar de los cuales se han convertido en un grupo tan bien avenido.

Encontraremos muchos momentos humorísticos, entretenidas conversaciones (entre ellos y con el príncipe) y aún que otro personaje secundario que no presentará excesiva complejidad y simplemente actuarán como un método de recuerdo o una forma de ofrecer consejo a los jugadores.

Este es el gran aspecto donde brilla el juego. Contaremos con tres protagonistas entre los que podremos intercambiar el control en todo momento, cada uno con su propio set de habilidades que nos permitirán resolver los diferentes rompecabezas del juego y poder avanzar por cada uno de los lineales niveles. A pesar de que el objetivo sea simplemente avanzar, cada zona tendrá multitud de recovecos y salas ocultas a los que será más complicado llegar, ofreciendo recompensas por alcanzarlas y superarlas.

Los puzles del título brillan por su gran variedad y la exquisita curva de dificultad, ofreciendo un reto en constante crecimiento que no tiene grandes bloqueos, funcionando perfectamente como una especie de enseñanza hacia el dominio de las diferentes habilidades para superar cada reto. Tendremos dos sets diferentes de habilidades: las que obtenemos por avanzar en la trama principal, obligatorias y claves para avanzar, y las que desbloquearemos en el árbol de habilidades de cada personaje, que suelen tener más importancia para facilitar el combate... si acaso. Esta gran variedad de opciones permite que cada problema tenga diferentes soluciones, lo que plantea un juego realmente abierto a la experimentación donde los controles funcionan muy adecuadamente.

El desarrollo en base a esos árboles de habilidades no tendrá mucha más profundidad como la posible base mínimamente rolera del título, recurriendo a la recolección de unas joyas distribuidas por los escenarios que tendremos que recorrer con sumo cuidado si queremos encontrarlas todas. Esa búsqueda de joyas se convierte en el gran reto para los jugadores, ya que muchas están escondidas en recovecos realmente intrincados, sólo serán accesibles mediante habilidades que se obtienen más adelante o se protegerán con unos rompecabezas mucho más desafiantes.

Para ayudar a los jugadores en esa tarea, en Trine 4 será posible regresar a cualquier punto de control previo de las fases que ya hayamos recorrido, que serán bastantes y esto nos permitirá recorrer cualquier sección donde creamos que se oculten nuevos acertijos. Una funcionalidad que, sin duda, ahorra muchísimo tiempo a los jugadores completistas, sobre todo teniendo en cuenta que muchas fases resultan bastante amplias.

En cuanto al combate, da la sensación de que es un aspecto mucho menos cuidado, presentando emboscadas de enemigos en puntos concretos del mapeado. La variedad de los mismos será bastante pobre, presentando a los mismos enemigos una y otra vez, simplemente en mayor o menor número y aprovechando de forma diferente los escenarios. Cada personaje cuenta con su propia barra de vida que, al agotarse, dará entrada al siguiente, recuperándose se forma automática tras unos segundos. Debido a esto, la sensación de reto será bastante pobre, ya que ni siquiera se insta a aprovechar debilidades determinadas o usar ciertos personajes porque funcionen mejor frente a determinados enemigos: simplemente tendremos que bombardearles con las habilidades de cada personaje hasta que caigan.

Los jefes que cierran cada nivel sí resultarán mucho más interesantes, pero más que por el combate en sí será por la concepción de la batalla como un nuevo puzle, en el que deberemos encontrar la forma de alcanzarle. Curiosamente, aquí sí que podremos vernos obligados a recurrir a un determinado personaje por ser el que cuenta con la habilidad óptima para derrotar al jefe en cuestión, usando a los otros dos como mero apoyo o distracción mientras que el combatiente principal se recupera. Si todas las batallas hubiesen resultado tan cuidadas e interesantes, el juego hubiera ganado muchos enteros.

El título se divide en cinco grandes mundos o actos que podremos completar en unas diez horas. No obstante, si queremos hacernos con todos los coleccionables y queremos disfrutar de las opciones multijugador esta duración puede variar bastante. Contaremos con opciones de multijugador local (en pantalla partida) y en línea donde el trío de protagonistas podrá actuar al mismo tiempo, lo cual afectará a la forma en la que se resuelven los puzles y garantiza muchos momentos divertidos. Existen en la actualidad algunos problemas menores con respecto a la estabilidad de los servidores para jugar en línea, pero el propio equipo de Frozenbyte ya está trabajando para resolverlos a la mayor brevedad posible.

La dificultad, como explicamos antes, funciona muy bien para un único jugador, ofreciendo un reto en constante crecimiento que nos invita a dominar cada habilidad, pero ésta queda trivializada si jugamos con compañeros, ya que las emboscadas serán superadas muy fácilmente por un grupo más numeroso y muchos puzles se resolverán con suma facilidad combinando tres mentes pensantes y la combinación de habilidades al mismo tiempo. Aún así, resulta más divertido jugar a este título en compañía, aunque su dificultad salga perdiendo.

Trine 4 es simplemente precioso y una maravilla de visual. Nos encontraremos numerosos paisajes que nos dejarán con la boca abierta por su hermosura, con un gran uso del color y la profundidad para crear entornos de ensueño. Resultarán también muy fluidos, sobre todo en la versión de PC usada para este análisis, aunque podremos encontrar pequeñas ralentizaciones sin importancia cuando se produce el guardado automático.

La Banda Sonora también resultará muy adecuada y agradable, lo cual es un gran logro teniendo en cuenta que es posible que nos detengamos bastante tiempo en un mismo punto mientras pensamos en la forma de superar determinados rompecabezas. En ambos aspectos el título cumple muy bien, demostrando el aprendizaje alcanzado tras la experimentación de la tercera entrega.

Trine 4: The Nightmare Prince es un ejemplo perfecto de cómo adaptar un juego de puzles y combates a la actualidad. La experiencia de sus creadores ha pulido mucho más cada uno de los aspectos del juego y el aspecto visual resulta perfecto para completar una gran experiencia tanto para los que busquen jugarlo de forma individual como para, sobre todo, los que quieran pasar un buen rato en compañía.

No obstante, si estáis buscando un título donde brillen más los combates, la elección de habilidades o una trama de gran complejidad, evidentemente este no será vuestro juego. Este juego es, principalmente, un juego de puzles y todo lo demás queda en bastante segundo plano. Si eso es precisamente lo que estáis buscando, este título os encantará.

Trine 4: The Nightmare Prince está disponible en PC, PlayStation 4, Xbox One y Nintendo Switch, tanto en formato digital como en físico. Este análisis ha sido posible gracias a una copia entregada por Modus Games.

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