En 2015, en pleno rescate de la fiebre cyberpunk, salió 2064: Read Only Memories, una aventura gráfica de misterio del equipo novicio MidBoss. En la ola que se avecinaba de ambientaciones oscuras y distópicas, ROM presentaba un neofuturismo más limpio, de plásticos inmaculados y corporaciones con fachadas sin grietas. Pero lo que llevaba de ventaja a todos sus contemporáneos y aun a muchos títulos de ahora, una década más tarde, era el esfuerzo en representación. El mundo de ROM intenta retratar la progresión natural de nuestros estigmas alrededor de cuestiones de género y sexualidad, tanto al presentar un abanico amplio de identidades, como en la más deprimente conclusión de que vendrán nuevos prejuicios a reemplazar los viejos.
Y los méritos de ROM en salida estaban en la presentación, no sólo de temas sino de estética. El pixel art era glorioso, la música pegadiza, el mundo interesante. La trama misma del juego no era gran cosa, siendo un destapado gradual de conspiraciones corporativas; pero el atractivo estaba en todo lo demás y en el viaje personal de Turing, acompañante en la investigación. Los relanzamientos del juego le hicieron también muchos favores, añadiendo historias secundarias y voces a todo el diálogo.
Tras un par de años complicados para MidBoss, finalmente el equipo pudo anunciar Read Only Memories: NEURODIVER, que presenta una historia en el mismo mundo. Entre ambos juegos salió un cómic atando las historias, y Neurodiver fue retrasado un par de veces dejando de vez en cuando demos jugables y atisbos a una historia que pasaba después del original, pero no era necesariamente una secuela dado el salto de protagonistas y tono. Había también preguntas sobre lo necesario que iba a ser Read Only Memories diez años después, en una industria que ha dado pasos, por pequeños que sean, en la representación que el original abanderaba. Finalmente se lanzó el 16 de mayo pasado, casi por sorpresa.
Read Only Memories: NEURODIVER sigue la historia de Luna, detective psíquica ES-88 en el año 2070 y parte del centro de investigación MINERVA. Acompañada por su guardaespaldas GATE y una mascota amplificadora de ondas psíquicas apodada Neurodiver, entra en los recuerdos de gente con problemas de amnesia o bloqueos mentales, siguiendo el rastro del terrorista psíquico Golden Butterfly.
Sólo esta premisa ya cambia muchas partes de lo que el original establecía, y casi todas para bien. Pasamos de protagonista anónime avatar personalizable (que siempre fue uno de los puntos flojitos del guion), a Luna Cruz de la Vega, avalancha de energía positiva imparable. Luna tiene un rol ya establecido en la ficción del mundo bastante claro, y la idea de investigar en los recuerdos de la gente da la oportunidad de contrastes enormes en la ambientación del juego, puntuando lo que sería la investigación tradicional con paseos por los mundos mentales.
La familiaridad nostálgica entra rápido por los ojos: Neurodiver luce impecable en todo momento, con más vida en los entornos pixelados y la paleta de colores del original a toda potencia desde el principio. El apartado sonoro no le va a la zaga, hemos pasado del ya pegadizo “pseudo-ace-attorney” a un estilo propio construido sobre ese. Esta vez las voces vienen en salida, y los actores han hecho un trabajo impecable, aunque el plantel de personajes es algo más limitado. La traducción al español es también envidiable y extrañamente apropiada, Luna no es el único personaje hispano en la historia y aquí y allí las actrices hablaron en español en el original cuando su personaje lo haría.
Pero la presentación de 2064:ROM ya era su gancho y su baza principal. La pregunta de Neurodiver siempre iba a ser si sobrepasaba los listones del original en jugabilidad y guion. Si iba a dar algo más en este mundo que cuatro puzles de aventura gráfica hípersencillos extendidos sobre una Novela Visual, y una historia deshilachada sobre cíborgs asesinos con personajes encantadores pero estáticos.
Y en sistemas jugables, para nada. La única parte quizás decepcionante de Neurodiver es lo extraordinariamente simple y linear que es al jugarlo, más que el original aún si cabe. Hay menos investigación de entornos y menos opciones de diálogo. La premisa de exploración de recuerdos aparenta un minijuego de “presentar las pruebas relevantes para deshacer este nudo” que se resuelve... haciendo clic en todos los objetos interactuables, y luego presentándolos. Ni siquiera hay narración en la que Luna argumente por qué esa información es relevante, se deja todo a las conclusiones fuera del juego.
La historia es más complicada de destripar, porque tiene méritos no presentes en el original, pero son a veces erráticos. Antes que nada, esta historia da evolución personal en nuestra protagonista. Luna es lo que Turing fue, el personaje designado para introspección y desarrollo, y el juego gana muchísimo por ello. El problema es que este valor rompe Neurodiver en dos partes, cosidas con Luna en las suturas, y no hablo de la división entre secciones de mundo real y recuerdos.
Sin entrar en spoilers, da la sensación de que Neurodiver se escribió bajo dos mandatos simultáneos en conflicto: darles un epílogo a estas caras familiares, y escribir otro misterio en el mundo de ROM. Y de ahí el dolor, porque aquello con lo que compiten, la segunda parte, es a la vez lo más interesante escrito en la ambientación y algo que desesperadamente necesitaba más palabras.
Más arriba hemos hablado de que el juego es mecánicamente sencillo, y esto se traduce en un misterio que avanza a toda velocidad, durando entre cinco o siete horas y algo por debajo del ya escueto original. Y de esas, menos de dos están en Luna. Su relación con GATE, su conexión con el Neurodiver, los ratos cada mañana en el balcón de su piso reflexionando sobre el caso, la tensión con su superior FORTUNA... todo acumulando piezas para un acto final completamente personal. Un acto final al que habrían servido mejor todos esos segmentos de cameos refritos.
En conclusión, Neurodiver es complicado. Si 2064:ROM era una galería de personajes, con una historia de papel y desarrollo sólo en Turing, lo que nos ocupa es una galería con menos personajes, una historia algo más centrada pero muy corta, y desarrollo sólo en Luna pero excelente. Vale mucho la pena experimentarlo, pero la oportunidad perdida salta a la vista. El original tuvo una rebaja permanente de precio en unas cuantas plataformas desde la salida de Neurodiver y ninguno de los dos es caro, así que si se busca futurismo creativo no-distópico, hay pocas opciones mejores.
Read Only Memories: NEURODIVER está disponible para PC, Switch y sistemas PlayStation o Xbox. Este análisis ha sido posible gracias a una copia ofrecida en GameTomb.
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