6 de mayo de 2016

No apto para todos los públicos – Duodécima edición – Drakengard 3

Hoy vengo a hablar de uno de los títulos que más me ha sorprendido en los últimos tiempos, y del que, a decir verdad, no tenía unas expectativas demasiado altas en un primer momento. Drakengard 3 (PS3, 2014) fue un título que pasó con más pena que gloria para la crítica, y al que le acompañaron multitud de notas irrisorias por parte de la prensa especializada, lo que provocó que acabará con unos nada atractivos 61 puntos en Metacritic.

No obstante, teniendo en cuenta que el director del título era Taro Yoko, mente maestra detrás de uno de mis juegos preferidos de la anterior generación, Nier (el cual también se llevó “palos” a diestro y siniestro por la crítica), opté por darle un voto de confianza. Y tal y como ocurrió con este último, la decisión no pudo ser más acertada.

Puedo entender que muchos de los aspectos de Drakengard 3 no sean del agrado de todos, por algo se encuentra precisamente en esta sección, pero de ahí a ponerle prácticamente un cartelito que le diga a los consumidores “No lo compréis” me parece realmente excesivo, y más cuando el juego tiene una calidad indiscutible en muchos de los apartados que lo componen. Aunque, bueno, también he visto entre algunos de los análisis de esta “prensa especializada” varios comentarios que me hacían dudar sobre si realmente habían probado el título en profundidad o simplemente habían contemplado ligeramente el envoltorio, y lo habían desechado al no acabarles de convencer. Pero esto ya es otra cuestión, de la cual no estoy aquí para polemizar ahora.

Debo aclarar también que he jugado a esta tercera entrega sin haberlo hecho a las dos anteriores, y aunque seguramente habrá múltiples conexiones entre estas, no por ello la historia ha dejado de ser perfectamente entendible y fácil de seguir, por lo que aquellos que duden sobre si hace falta conocer las primeras entregas para aventurarse con esta, les aseguro que es perfectamente disfrutable como un título único e independiente.

Quienes hayan jugado a Nier sabrán de lo que hablo al decir que la narrativa de este juego se aleja completamente de lo convencional. Para los que no lo hayan hecho, se encontrarán con una manera de desarrollar la trama que en nada les recordará a algo que hayan jugado hasta el momento. Y decir esto en una época donde lo que más vende es una nueva entrega de Assassin’s Creed o Call of Duty cada año es algo digno de alabanza para este creador. Esta sensación de jugar a una obra única y no de consumir una mercancía es algo impagable para los que devoramos decenas de juegos todos los años.

Pero vamos a alejarnos de tanto sentimentalismo y pullitas hacia el sector para ir a la salsa del asunto. La historia de Drakengard 3 nos pone en la piel de Zero, la primera de 6 hermanas conocidas como Intoners, las cuales son las encargadas de mantener al mundo en un estado de paz y armonía. Será entonces cuando una enorme oleada de monstruos surgidos de las tinieblas emergerá y tendremos que asumir el papel de heroína para salvar al mundo de la catástrofe. Uhm… espera, creo que no era así, me he equivocado y he cogido el argumento de cualquier juego de aventuras estándar. Ya lo tengo, olvidad todo lo anterior, el título te pone en el papel de Zero, una Intoner que desea fervientemente ensartar a cada una de sus hermanas con su espada, mantener relaciones sexuales con sus lacayos y abocar al mundo a la destrucción. ¿Ha conseguido ahora captar vuestra atención? Pues a esto hay que añadirle que irá siempre acompañada de un dragón con la personalidad de un niño de 10 años, ahí es nada.

Y sí, la historia de Drakengard 3 es sorprendente, absurda en muchas ocasiones, con multitud de giros de guion, y con un sentido del humor tan extravagante como maravilloso. Aunque si hay algo que levanta enormes asperezas es su falta de traducción al castellano, ya que si no tenemos un buen dominio de la lengua de Shakespeare, nos perderemos muchos de los carismáticos comentarios que harán los personajes en mitad de los combates. Dichos comentarios vienen subtitulados, y no son especialmente difíciles de comprender, pero cuando estamos en mitad de una lucha a muerte con todos nuestros sentidos puestos en esquivar los ataques del contrario, lo último que podremos permitirnos será leer cada una de las frases que irán apareciendo en la parte inferior de la pantalla.

Los chistes e insinuaciones sexuales serán una constante en el título, tanto de parte de aliados como de enemigos. Por el camino encontrarás soldados que hablarán sobre las virtudes de la Intoner a la que protegen, con frases como “Si protegemos a Lady Five quizás nos deje ver sus ...” o “No pondrás un dedo encima sobre Lady Five, aunque a mí me gustaría poner otra cosa”. Así mismo, nuestros propios compañeros no pararan de hacernos insinuaciones y comentarios lascivos que más de una vez despertarán nuestras más profundas e incontrolables carcajadas. Mi más sincera enhorabuena al autor de dichos diálogos, que lejos de ser cargantes te mantendrán pegado al título durante horas y horas, con ganas de escuchar cada vez más y más bromas... Si te gustas ese tipo de humor, claro.

Como podéis ver, no quiero adentrarme mucho más allá en lo concerniente a la trama del juego, ya que su originalidad (sí, sé que me repito mucho, pero no puedo sino alabar esto una y otra vez) merece el menor número de destripes posible.



¿Por qué no estoy cansado de jugar a esto? Esa es la pregunta que más me he repetido mientras jugaba a Drakengard 3. Los escenarios son lineales y repetitivos, el combate es simple y algunas veces tosco, la Inteligencia Artificial, tanto de enemigos como de aliados, ni siquiera merece llamarse inteligencia… y aun así me encontré con 15 horas jugadas en tan solo dos días. El sistema de combate es el de cualquier Hack & Slash al uso, con cuatro tipos de armas entre las que escoger (espadas, lanzas, garras y chakrams) y con un poder especial que podrá activarse al llenar su barrita pertinente. El número de combos por cada arma también es bastante reducido, y te encontrarás usando la misma combinación infinitas veces a lo largo de todo el título. Pese a todo, será acabar un capítulo y no poder esperar ni un solo segundo antes de comenzar el siguiente. Sé que no lo estoy vendiendo bien en este aspecto, pero es que a día de hoy me sigo preguntando qué me hacía querer combatir una y otra vez sin descanso alguno.

La parte rolera viene dada por el progreso de Zero y de las armas que iremos adquiriendo a lo largo de la aventura, las cuales tendrán 4 niveles cada una, que modificarán sus atributos de fuerza y alcance. Por su parte, el progreso de Zero se verá reflejado también en forma de niveles, aunque sin ningún dato más que nos indique la fuerza de ésta, su defensa o su vitalidad. Como puede verse, este aspecto del título también se ha simplificado hasta su máximo exponente, y la verdad es que se agradecería un mayor conocimiento de los atributos de Zero o una mayor capacidad de personalización por parte del jugador.

Además del modo historia propiamente dicho, en el juego tendremos a nuestra disposición una gran cantidad de misiones secundarias en las que conseguir nuevas armas, materiales o dinero. Estas misiones tendrán una duración de entre uno y dos minutos cada una, y el componente narrativo o la originalidad brillarán por su ausencia. Dichas misiones se reducirán a matar a un número de enemigos en un tiempo determinado o conseguir abrir todos los cofres antes de que se acabe el tiempo, con la única diferencia que los enemigos serán cada vez más poderosos y los escenarios irán variando con cada misión.

Más allá de la anteriormente mencionada jugabilidad Hack & Slash, también podremos encontrarnos algunas fases en las que podremos controlar a nuestro dragón como si de un Panzer Dragoon se tratara, valiéndose del estilo shooter sobre raíles que tan olvidado parece a día de hoy. Estas fases aportan mucha frescura al conjunto, y aunque se reducen a tres acciones (disparo manual, disparo dirigido y esquiva), se hacen bastante entretenidas y vistosas.

Para finalizar con el sistema de juego, el desarrollo del título estará dividido de forma capitular, con varios versos (fases) en cada uno de estos capítulos. La duración total rondará las 30 horas para aquellos que decidan completar todas las misiones secundarias y desvelar todos los secretos del título, mientras que los que solo se dediquen a avanzar en la historia principal podrán terminarla en unas 20 horas. La dificultad será bastante generosa, y solo empezará a complicarse en las últimas misiones secundarias, siendo el modo historia bastante sencillo de completar.

Una de cal y otra de arena sería la expresión perfecta para definir cada uno de los apartados técnicos de los que hace gala Drakengard 3. Mientras que en muchas ocasiones roza la perfección en algunos aspectos, en otros casos se merece todas y cada una de las críticas recibidas por la pobreza de los mismos.

En lo concerniente al apartado gráfico, cuesta mucho, muchísimo, encontrar peros al diseño de los personajes principales, a los que se ha tratado con sumo mimo y detallismo. Sin embargo, el diseño de los enemigos es simple, monótono y en absoluto destacable, siendo el 90% de los mismos monigotes repetitivos sin una pisca de personalidad. Por suerte, esto puede acabar obviándose al contemplar cómo se va tiñendo de sangre el traje de la protagonista paulatinamente conforme mata a sus enemigos, convirtiéndose en un auténtico deleite visual, que unido a la sangre que empaña la pantalla con cada golpe lo convierte en un espectáculo completamente visceral y maravilloso (no soy un sádico, lo juro, pero la sensación que transmite el juego es realmente impactante).


Por otra parte, el juego por lo general se muestra bastante fluido, sin bajadas de frames en los combates, con excepción de los momentos en que el dragón desciende al campo de batalla, en los que la tasa de frames por segundo desciende en picado. Precisamente estos momentos deberían de ser los más épicos y emocionantes de las batallas, sin embargo, por culpa de esto, se vuelven completamente imposibles de controlar, teniendo que esperar a que el dragón desaparezca del campo de juego para volver a tomar las riendas del personaje.

Para terminar, y como no podía ser de otra forma teniendo en cuenta que el compositor es nada más y nada menos que Keiichi Okabe (Nier), la banda sonora del título es amor del puro. Pocas veces se da el caso al jugar a un videojuego de no querer pasar de fase hasta que termine la canción que está sonando, pero en Drakengard 3 puedo asegurar que esto ocurrirá en más de una ocasión. Un sobresaliente en la Banda Sonora que nuevamente se ve lastrado por algunos efectos de sonido a lo largo del juego que pueden acabar poniendo de los nervios hasta a la persona más sosegada. ¿Por qué nunca nos dejan ser completamente felices?

Es curioso lo mucho que me cuesta recomendar un título que realmente me ha encantado como es este Drakengard 3. Desde luego no me cabe duda alguna de que esta sección le viene que ni pintada a un juego cuyos altibajos no pasan precisamente desapercibidos y sé que muchos pueden tener problemas para encontrarle las bondades que yo he disfrutado.

A nivel argumental, nos encontramos con una trama compleja, que irá enrevensándose cada vez más y que estará acompañada por un elenco de personajes que no dejarán a nadie indiferente. Las bromas, la visceralidad y la sexualidad serán el pan de cada día del juego, pero estas estarán tan bien llevadas que no querremos sino escuchar nuevos diálogos a lo largo de cada fase con los que reír inevitablemente.

En cuanto a la parte jugable, pese a la simpleza de sus mecánicas, el juego nunca deja de ser entretenido, en parte debido a lo comentado anteriormente de la complejidad de su trama, que no te dejará soltar el mando ni por un solo segundo. La cantidad de armas disponibles también es un aliciente para esto, ya que el estilo de combate a usar con cada una varía enormemente, ampliando de manera notoria las posibilidades para acabar con los enemigos.

Si nos ceñimos al apartado artístico, el juego se hace fuerte en el diseño de los personajes, aunque se queda muy rezagado en lo concerniente a enemigos y escenarios. Por su parte, la banda sonora brilla a sobremanera, siendo de esas que sigue perdurando en la memoria del jugador una vez que finalizas el juego.

Como conclusión, solo me resta decir que es un juego que realmente merece una oportunidad, más allá de las bajas críticas que recibió en su lanzamiento. Y es que productos como este no son algo que se puedan ver todos los días, y eso sin duda es algo que se agradece. No es para todos los públicos, pero muchos podéis encontrar un título realmente para el recuerdo.

11 comentarios:

  1. Jo, si tuviera un PS3 caería fijo. ¿Que tal son los dos primeros?

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  2. Yo tengo una duda que preguntarte. Sé que Nier es la continuación de uno de los finales de Drakengard 3, y con Automata tan cercano acabaré jugando Nier en este año. La pregunta es, ¿voy a spoilearme mucho de Drakengard? ¿Me voy a perder muchos detalles?

    Muchas gracias por el análisis por cierto =)

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    1. Pues la verdad Astara, no vas a perderte nada en absoluto. Los nexos entre un juego y otro solo son apreciables por los que hayan jugado a ambos (y que además se hayan parado a buscar dichas conexiones). Para la gran mayoría de público, son dos juegos completamente independientes y disfrutables por separado, así que yo que tú ni me lo pensaría y me pondría con Nier sin dudarlo, aunque eso sí, sáltate el vídeo introductorio porque te destripa todo el maldito juego xD

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    2. Pues haré eso, empezaré con NieR y cuando saque tiempo para Drakengard le daré caña. Muchas gracias!

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    3. El Nier es la continuación de uno de los finales del Drakengard 1.

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  3. Si algo he aprendido es que siempre se debe dudar de lo que la critica llama "10/10" o aquello a lo que le de una puntuación baja...
    Personalmente creo que hoy las puntuaciones de esas paginas estan hechas para cierto publico juvenil con caracteristicas ratunas y ya la verdad ni las miro... incluso tampoco me dejo llevar por la valoración de Steam, leo los negativos para saber la razón y en muchos casos puedes leer "no me gusto" "poca acción" (en una novela visual), "se me crashea cuando lo pongo en 2024 x 5890 y no se ve en 4K..." entonces te das cuenta de que la puntuación no es real... lo mejor es leer un análisis serio como se hace aquí y ver un poco del gameplay.

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    1. O a lo mejor, a lo mejor, hay que ignorar la puntuación numérica y leer la review; alejarnos de los juegos que describen características que nos repulsan, y probar los que suenan de nuestro estilo. No sé, sé que es complicado no tirarle piedras a los dieces y nueves, y sé que insultar a la prensa mainstream da caché, pero leer es gratis. Yo llevo años insultando la review de Nintendo Acción España del TWEWY, pero no tanto por el 78/100 sino por el "Un juego con tanto texto es de por sí muy complicado" y el "en este juego todo es ropa suelta y música marchosa".

      Plataforma de "LEED: UN PUTO NÚMERO NO EXPLICA NADA", Ministerio del Interior, Gobierno de España.

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    2. Increíble eso que dices de TWEWY... cuesta mucho no echarse las manos sobre la cabeza ante cosas así. Por ejemplo, en la review sobre Drakengard 3 que publicaron en 3DJuegos, uno de los párrafos reza tal que así:

      "Sin embargo no queremos dejar de mencionar lo impactantes que resultan las numerosas escenas de vídeo CGI que se dejan ver a lo largo de la aventura [...]. Estas escenas poseen una calidad sin igual y, de hecho, podrían competir de tú a tú con las registradas en las mejores obras JRPG que nos ha dejado PS3 hasta el momento."

      Drakengard 3 tiene una sola CGI al principio del juego que coincida con esta descripción (en la que se hace referencia al apartado técnico, no al artístico), el resto están creadas con el motor gráfico del juego, que no es que sea especialmente alabable. Esto me hace pensar que del juego probaron el prólogo y el resto lo sacaron de reviews de otras webs.

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    3. Es que en la mayoría te das cuenta de eso... ni siquiera juegan algunas horas, prueban unos minutos miran algún gameplay y con eso hacen una review, y no hablamos de un blog donde aquí la mayoría tiene su empleo y dedica del poco tiempo libre a jugar y luego escribir sobre eso (no me cansare de resaltar esto y decir gracias).
      Con respecto a lo que dices Abe, no estoy de acuerdo si se trata de esas revistas, porque las review suelen ser todas similares... lees una y las leerás todas con sus matices claro, pero incluso parecen un copy, paste, por lo menos es mi impresión, tanto es así que da lo mismo leerlas o ver la puntuación final por característica.

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  4. No tenía ni idea de que existía este juego, pero al menos a mí me lo has vendido. Lástima que no tengo una PS3, ojalá tuviera retrocompatibilidad la PS4...

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  5. Este es el único Drakengard que no he jugado (puede que algún día caiga...) pero por lo que tengo entendido, historicamente está situado antes de sus antecesores. Si bien hay alguna mención a lo que ocurre en dichos juegos es algo que todavía no ha pasado en el Drakengard 3 (creo que lo sueltan en algunas de las bromas). No puedo asegurarlo por mi misma pero me quedé con ese detalle leyéndolo en un blog cuyo user adora esta saga (y Nier también)

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