12 de agosto de 2019

¿Qué tal es This War of Mine: Stories - Fading Embers?

Hace unos meses os explicamos lo que suponía para un clásico de los títulos independientes de gestión como This War of Mine la idea de expandir su concepto con el set de DLCs Stories, que transformaban el drama de unos civiles que debían sobrevivir en su destartalado hogar asediado por una guerra en un trío de historias personales, mucho más profundas, transformando la idea de buscar que el jugador aportase su imaginación a la hora de dotar una historia a unos personajes sin más desarrollo a darnos situaciones con dilemas morales claros, decisiones, consecuencias y distintos finales dependiendo del camino tomado.

Father's Promise, centrado en un padre que debía intentar salvar a su hija enferma cuando muchos estaban dispuestos a secuestrarla para usarla como salvoconducto en el cordón humanitario, resultaba lastrado por su poca variedad con respecto al juego base, más allá de la narrativa aportada. El caso de The Last Broadcast fue muy superior, planteándonos a un dueto de protagonistas con un periodista tullido que debía confiar en su esposa para lograr suministros y nueva información con la que ayudar a su pueblo, aunque eso podría suponer que las fuerzas militares le marcasen como objetivo. Con diferentes finales, serios dilemas morales y varias mecánicas novedosas con respecto al título original, ese era el camino a tomar para cerrar el trío de historias prometidas con este Fading Embers, publicado el pasado 6 de agosto en PC y que llegará "pronto" a consolas. ¿Qué ofrece el último capítulo de este trío de historias independientes? Vamos a adentrarnos en las terribles consecuencias de la guerra entre dos países:
Vysena está siendo atacada por el ejército grazní, que busca aniquilar todo el rastro de la rica cultura de un pueblo con siglos de historia. La situación golpeará a la joven huérfana Anja, heredera de una familia de artistas que recibe la visita de un hombre moribundo, cargado con los restos de los textos religiosos de su culto. Nuestra protagonista deberá, pues, intentar salvar al hombre buscando recursos en los alrededores, lo que también le permitirá encontrarse con otras personas que hacen lo posible para sobrevivir no solo a la crueldad de la guerra, sino también al frío intenso de invierno que amenaza con obligar a transformar en combustible hasta las obras de arte.

Esa nueva dicotomía hace especialmente interesante este capítulo, centrado en la defensa de la herencia cultural: ¿las sacrificaremos para intentar sobrevivir o pondremos en peligro vidas humanas si con ello podemos mantener viva la cultura de nuestra región? De esta forma, la presión de las bajas temperaturas y la necesidad de combustible, no solo para nuestro hogar, sino también para conocidos, que nos pueden dar nuevas obras que conservar a cambio de que les ofrezcamos nuestros recursos, hace de la supervivencia en este capítulo un auténtico reto, donde será fácil tener que reiniciar la historia un par de veces para tratar de sobrevivir minimizando determinadas pérdidas.

Porque la gestión de la obras culturales de Vysena se volverá un aspecto capital eventualmente, formando parte del grupo encargado de trasladarlas a diferentes zonas seguras que busca métodos con los que dejarlas fuera del alcance del enemigo. Como suele suceder con el arte en periodo de guerra, hay muchas manos detrás del mismo y no existen lugares seguros en una ciudad que recibe bombardeos cada cierto tiempo. De esta forma, este capítulo incorpora mecánicas nuevas como el cambio de residencia, gestión del peso de las obras para moverlas por el entorno, la necesidad de apuntalar pilares para darnos tiempo en el trasvase, recibir propuestas desagradables a cambio de poder ayudar a gente inocente o abrirnos formas de salir del infierno, lo que puede llegar a enfrentar a los miembros del grupo...

Fading Embers cumple a la perfección con la idea de presionar al jugador con las opciones que toma, presentando unas durísimas condiciones climáticas que no dan un respiro y con unas condiciones cambiantes que no nos harán sencillo llegar a algunos de los finales posibles. No obstante, el título todavía tiene problemas que afrontar, ya que todavía es fácil encontrar varios bugs recurrentes en diferentes puntos que pueden atrapar al jugador en un bucle infinito sin salida, lo que puede ser especialmente frustrante si estamos cerca del final. Además, las escenas de este capítulo no son posibles de saltar, por lo que una segunda partida nos puede obligar a tragarnos momentos  de varios minutos que ya hemos visto, algo que puede ser demasiado pesado en más de una ocasión. Eso sí, la traducción al español, salvo algunas frases secundarias sueltas sin traducir o con pequeños errores, sí que ha estado lista desde el primer momento, por lo que los que tengan problemas con el inglés podrán disfrutar del capítulo sin esperas, algo que no fue posible en capítulos anteriores.

Con unas duración que ronda las 3-5 horas, Fading Embers es un buen capítulo de historia para This War of Mine, colocando el foco en esos clásicos héroes que logran salvar las obras de arte de un país cuando éste se ve amenazado por el sinsentido de la guerra. Las nuevas mecánicas ofrecidas son interesantes y el reto de la supervivencia en esas circunstancias climatológicas tan adversas es, posiblemente, el más duro del trío de Historias disponible.

A pesar de ello, cuesta considerarlo a buen precio fuera de ofertas o sin formar parte del pack completo junto a los otros capítulos. Cuatro euros es demasiado para lo que ofrece esta historia y, además, todavía presenta problemas de estabilidad que nos pueden bloquear alguna de nuestras partidas. Ahora que está completo, el Pase de Temporada sí que parece bastante sólido en relación calidad-precio así que, si estáis interesados, tratad de darle la oportunidad de esa forma.

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