4 de febrero de 2019

Esos jefes recurrentes

Hay muchos tipos de jefes que recordamos en diferentes RPGs. Están esos que nos costaron especialmente, los enemigos finales, los que resultan más fuertes que esos y, por supuesto, los que tienen una categoría de rivales persistentes, con los que combatimos varias veces a lo largo de nuestra aventura.

Esta clase de jefes suele contar con un esfuerzo especial por parte de los equipos de desarrollo que les tienen que dotar de un carisma y una motivación lo suficientemente fuertes para que se entienda que quieran combatir contra nuestro grupo tras ser derrotados múltiples veces. El objetivo es que se asuman como rivales por el propio jugador, que entiende las razones por las que no dejará de interponerse en nuestro camino hasta que su resolución sea destrozada. En caso contrario, nos encontraremos a poco más que un personaje pesado que sólo provocará un "¿otra vez tú?" y que seguramente acabe por dejar de suponer un peligro real si no ha evolucionado adecuadamente, provocando que cada batalla sea "más de lo mismo" con alguna habilidad extra y mejores características, lo que no resultará interesante o sorprendente.

Podemos encontrar muchos ejemplos en multitud de RPGs diferentes, así que en esta entrada vamos a repasar algunos ejemplos dispares, con vistas a que vosotros también nos contéis cuáles son los que recordáis con más cariño... u odio, que muchos nos pueden poner las cosas tan difíciles que son toda una tortura.

La representación más pura del concepto de rival en la saga Pokémon. Primero escoge la criatura con ventaja de tipo sobre la nuestra, nos adelanta cuando vamos a conquistar cada gimnasio, tenemos que derrotarle varias veces en la aventura y, además, nos espera en la cima de la Liga Pokémon, algo que otros rivales de la serie no llegan a alcanzar. 

Plata resulta interesante por sus relaciones ocultas y porque es intrínsecamente malvado, aunque evoluciona a lo largo de la campaña. En Hoenn Blasco sustituye a Bruno/Aura en la parte final, como una representación de evolución personal. Cuando llegamos a Teselia, Kalos y Alola nos encontramos a una mezcla de amigos y rivales, aunque la mayoría funcionan más como retos intermedios o acompañantes en el periplo. Sólo alguno de ellos llega a tomarse en serio la conquista de gimnasios o el Reto Insular, resultando más unas muestras de diferentes personalidades a la hora de explorar el mundo pokémon que un rival del calibre de Gary.

Aunque prácticamente todos los Final Fantasy con una trama elaborada nos presentan algún tipo de rival que nos reta varias veces, la figura de Seifer es quizás de las más fijas a lo largo de una aventura. Compartiendo origen y rivalidad con Squall desde el mismo inicio del juego (ambos tienen una cicatriz del combate que observamos en la introducción), Almasy se muestra como el clásico soldado sobrado que sólo tiene a un par de amigos (a los que también nos enfrentamos) y que pretende hacerlo todo él mismo porque "es el mejor".

Cuando la trama avanza, se crece como uno de los principales rivales de nuestra aventura, totalmente entregado a la causa contraria a la de su origen como SeeD. A pesar de sus continuas bravatas, es también uno de los jefes recurrentes que menos peligro suponen para nuestro grupo, resultando más un enemigo "de desgaste" que un villano que nos obligue a poner toda la carne en el asador. Eso sí, al menos una pequeña parte de su razonamiento tiene coherencia.

Mucho más tortuosa es la personalidad de cierto caballero negro en Final Fantasy IV, debatiéndose entre ambos grupos por múltiples razones. En Final Fantasy VI resulta difícil no cogerle cariño a Ultros, un pulpo con muy mala leche que nos pone en serios aprietos en varios momentos de la trama. Entre los rivales de Final Fantasy VII, los Turcos son los más recurrentes para tratar de detener nuestras "actividades terroristas". Pocos pueden olvidar las palizas que nos da Beatrix en Final Fantasy IX; en Final Fantasy X el enemigo recurrente casi se podría considerar como el gran villano de la trama (Sinh aparte); en la trilogía de Final Fantasy XIII Caius es el más simbólico, pero es EL enemigo de XIII-2, por lo que tendríamos que citar a... ¿Yaag Rosch? Luchamos contra él varias veces en el título original. Y, bueno, los casos de Final Fantasy XII y XV son tan particulares que cuesta definir a un enemigo que entre en esta categoría. Los Online XI y XIV tienen multitud de ejemplos pero, como cualquier MMORPG, es posible enfrentarnos a los grandes jefes decenas de veces por lograr los objetos que nos dejan, por lo que tampoco cuadran mucho.

Pocos casos tienen el simbolismo de esta definición de jefes tan clara como el primer Disgaea, donde Vyers, un rival de nuestro protagonista Laharl al que nos enfrentamos varias veces, le acabamos cambiando el nombre por "Mid-Boss" (Medio-Jefe), ya que asumimos que se nos va a ir apareciendo varias veces en nuestra aventura y su función va a ser básicamente esa: ser un jefe de relleno en uno de los mapas previos al verdadero jefe de cada capítulo. Una humillación muy evidente pero también una clara declaración de intenciones, porque sin duda Laharl acierta de pleno.

En la saga Wild Arms hay múltiples jefes a los que nos enfrentamos varias veces y no resultan ser necesariamente el enemigo final (o, al menos, no con esa forma). Sólo en el primer juego de la serie nos enfrentamos a muchos de los jefes hasta tres y cuatro veces, encontrándonos a buenazos torpes a los que acabas cogiendo cariño como Zed o a un enemigo recurrente en la franquicia como Zeikfried, que suele ser de los grandes jefes finales.

Pero, sin duda, Boomerang es de los más simbólicos por lo mucho que cuadra en este concepto de jefe intermedio recurrente: suele ser un guerrero acompañado por el guardián del deseo, Luceid, que se alimenta de su pasión por combatir. Como prácticamente todos los jefes que actúan como dúo, sus combates son todo un reto para nuestro grupo, por lo que si además viene acompañado de un gran tema musical, acaba resultando un enemigo realmente recordado.

En los Action RPGs una de las figuras más clásicas para estos jefes consiste en convertir a un enemigo que actúa como tal en algo más genérico que encontrarte con más asiduidad. Los Caballeros Oscuros de la serie Dark Souls son un clásico ejemplo porque casi siempre nos ponen en algún aprieto y hay que moverse muy bien para aprovechar la ocasión e intentar atacarles por la espalda. Un fallo contra ellos puede dejarnos con la mitad de nuestra salud, por lo que si ya andamos cortos de Estus la situación puede ser realmente peliaguda.

Eso sí, evidentemente su historia era bastante más modesta: son los caballeros juramentados de Anor Londo, portando diferente color de armadura dependiendo de a quién juraron defender, por lo que tampoco profundizamos demasiado en sus historias, sólo en la de sus líderes, lo cual no evita que sean de las figuras más representativas de los juegos onde aparecen.

Para alguien al que le gustan tanto los perros como Toby Fox, era de esperar encontrar bastantes enemigos de raza canina en la aventura. Para la situación que estamos tratando es cierto que no resultan recurrentes en sí mismos, pero sí entre ellos: a lo largo de nuestro camino se nos irán cruzando cada poco tiempo, planteándonos diferentes aspectos sobre su personalidad.

Como todos los rivales del juego, podremos optar por acabar con ellos o convencerles para que dejen de luchar, lo que nos permitirá encontrarlos más adelante a todos juntos en un bar. También resulta un tanto curioso que compartan vecindario con ciertos hermanos esqueleto, lo que les debería llamar bastante la atención.


Estos serían seis ejemplos simples de jefes recurrentes en diferentes títulos o sagas. Algunos funcionan como rivales, otros abandonan antes, resultan más o menos queridos, son carismáticos o puras bromas, simplemente "están ahí" o son sólo recurrentes por su raza, pero lo que resulta evidente es que un buen jefe intermedio puede llegar a ser hasta más recordado que un jefe final. ¿Cuáles son vuestros favoritos?

4 comentarios:

  1. Oh, aquí hay una tangente que me encanta. La del villano recurrente que nace como una amenaza seria, pero a medida que avanza la historia y aparecen nuevos enemigos y hay más y más cosas en juego, se ha vuelto irrelevante para la trama y su presencia es casi cómica.

    Y entonces, el mid-boss se da cuenta de su ridículo y su irrelevancia, en un momento de clarividencia metanarrativa, y el drama de saberse un personaje olvidado/humorístico le hace colgar el sanbenito de chiste y ponerse las pilas. A partir de aquí, este personaje o recupera su relevancia argumental, su saga personal tragándose la del villano principal y la amenaza de verdad, o tiene una batalla final geniunamente seria que cierra para siempre el ciclo.

    Poquísimos RPGs tiran por este camino, pero dios, cuando tiran, se me ponen los pelos de punta. El malo recurrente casi-chiste está ya tan clavado(especialemnte en el JRPG, para qué engañarse) que nadie se molesta en explorar qué significa ese personaje, su dolor, su mundo interior. Son personajes que sirven una función jugable y humorística, y se asume que no se darán cuenta y se tomarán a si mismos en serio mientras la trama los encuadra como perdidos en sus ilusiones de villano durante el resto del juego.

    Uno de mis favoritos, no precisamente el mejor ejecutado, es Jirall en The Last Story, simplemente por cómo de tenaz y salvaje es al colarse en la trama por la cara, y cómo su drama personal está encuadrado en que nadie le respeta como villano. Además tiene un tema de batalla impresionante, probablemente el mejor del juego, usado en el momento clímax del villano recurrente.

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  2. Antes de leer el nombre ya estaba pensando en Caius de Final Fantasy XIII, no es un buen rival, resulta TAN irritante, tan fastidioso, cada vez que lo vencía pensaba: "¿Adonde vas?, quédate que termino de matarte, no vales NADA".
    El otro rival que también si me daba miedo y fascinación al mismo tiempo era Eredin Bréacc Glas, el jefe final de The Witcher III, las veces que aparecía o se lo mencionaba me despertaba una sensación de inferioridad ante semejante poder.
    Para mi esos son un un MAL y un BUEN ejemplo de rival respectivamente, aunque se que no encaja exactamente en lo plateado por el articulo.

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  3. Hay cierto villano en tales of vesperia bastante obsesionado con yury bastante bastante desquiciado. Ultros de final fantasy Vl es legendario para el colmo no lo encontramos mas adelante trabajando como recepcionista para pagar deudas, yodo un icono.

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  4. Pues yo para esta categoría de personajes pensaría en:

    - Golbez (FF IV)
    - Saturos y Menardi (Golden Sun)
    - Gilgamesh (FF V)
    - Kefka (FF VI)
    - Gades (Lufia 2)

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