30 de agosto de 2018

[Análisis] Ni No Kuni II: El Renacer de un Reino

Ni No Kuni fue uno de los grandes proyectos emprendidos por Level-5 en su décimo aniversario, realizando una colaboración con el mítico Studio Ghibli que permitiese desarrollar un RPG conservando el ambiente mágico que dotaban a sus creaciones. 

Surgieron cuatro juegos de esta colaboración: Ni No Kuni: El Mago de las Tinieblas (NDS, 2010) que nunca salió de Japón de forma oficial debido a la necesidad de un libro de conjuros e ilustraciones para usar habilidades y resolver elementos del juego (aunque sí cuenta con una fantástica fantraducción al español), dos títulos secundarios realizados para móviles y navegador que tampoco salieron de Japón y, por supuesto, Ni No Kuni: La Ira de la Bruja Blanca (PS3), que debutó en Japón en el año 2011 y, en occidente, tuvimos que esperar al 2013 para contar con una versión traducida, localizada por Bandai Namco.

El título cosechó bastante éxito, así que no fue una sorpresa que en el año 2015 se anunciase una nueva entrega... que tras varios retrasos acabó llegándonos el 23 de marzo de este año, tanto para PlayStation 4 como para PC. Ni No Kuni II: El Renacer de un Reino no contaba con participación directa del Studio Ghibli, pero sí de dos de sus personalidades clave: el diseñador Yoshiyuki Momose y el compositor Joe Hisaishi, por lo que el estilo parecía intacto y Level-5 lo iba a dar todo en crear el mejor RPG posible. ¿Cuál fue el resultado? Vamos a analizarlo.

Lo primero que podemos decir de la trama de este título es que, aunque técnicamente se pueda considerar como una secuela, su historia tiene lugar muchos años después de los acontecimientos que vivimos con Oliver y, por tanto, se puede jugar de forma completamente independiente sin ningún problema. Hay algún pequeño guiño al jugador, pero nada de relevancia.

En este título viviremos la aventura del príncipe heredero-casi rey de Cascabel, Evan Pettiwhisker Timoteo. Justo el día de su coronación, los ratócratas (una raza de humanoides con aspecto ratonil) dan un golpe de estado cansados, en teoría, del trato preferente que tienen los felineses en el reino. Durante el caos, aparece Roland, un extraño adulto que dice pertenecer a otro mundo, quien se ve implicado en la revuelta sin tener mucha idea de qué pasa, así que decide ayudar al joven Evan a escapar del castillo y defenderle de los que intentan asesinarle.

Así, el joven príncipe y el misterioso Roland emprenden un viaje para fundar un nuevo reino que logre la estabilidad perdida y demuestre las capacidades de liderazgo de nuestro joven heredero, recorriendo para ello otras poblaciones del mundo. Poco a poco descubrirán que un mal amenaza estas pacíficas tierras, convirtiéndose, además, en los únicos que pueden evitar la desgracia.

Como podéis intuir, el argumento no es excesivamente original y el desarrollo del mismo no cambia esa sensación: una trama muy previsible y hasta empalagosa en algunos momentos en la que los personajes no pasan de aportar simpatía a las situaciones, porque su desarrollo o aportaciones dejan bastante que desear. Quizás con Roland y el misterio de su origen se pueda considerar como el punto más interesante... y es fácil que nos deje la sensación de que podría haber dado más de sí.

En Ni No Kuni II encontraremos un RPG de Acción bastante simple, donde iniciaremos los combates chocando con los enemigos visibles por el mapeado, entrando en un escenario de batalla de espacio limitado en el que nos podemos mover libremente. Allí, podremos manejar a uno de los tres contendientes que participan, permitiendo cambiar de personaje controlable en cualquier momento. Será posible encadenar golpes de cuerpo a cuerpo o a distancia, bloquear o esquivar ataques y ejecutar habilidades especiales que consumen nuestras reservas mágicas.

Como véis, es un sistema de batalla bastante habitual en este estilo. El punto diferente lo aportan los fofis, unas encantadoras criaturas mágicas parecidas a los kodamas de La princesa Mononoke. Estos espíritus elementales pueden reclutarse a través de estatuas de San Fofi que encontraremos repartidas por el mundo tras entregarles la ofrenda adecuada o por creación en nuestro reino. Podemos llevar hasta 4 Fofitanes (son fofis poderosos que se distinguen porque llevan algún adorno) que a su vez pueden invocar subfofis en la batalla. Cada Fofitán tiene diferentes habilidades intrínsecas, tanto pasivas como activables. La combinación de fofis que realicemos puede decantar la balanza a nuestro favor considerablemente, sobre todo porque también pueden ser alimentados para subir de nivel y llegan a ser particularmente poderosos.

Otro elemento interesante es el Ecualizador, accesible desde el menú principal, que nos permite especializar a nuestros personajes en determinadas variantes, como la posibilidad de causar daño extra a criaturas de un cierto tipo o lograr determinada afinidad elemental. Su aporte en los combates no es tan vistoso, pero puede darnos una ventaja bastante relevante.

Fuera del sistema de batalla, otro elemento importante implicará la gestión de nuestro propio reino, que seguirá unas directrices similares a las de la Colonia 6 en Xenoblade Chronicles, de forma que tendremos que reclutar a súbditos cumpliendo sus misiones e invertir grandes sumar de dinero para construir y mejorar edificios, lo que nos reportará mayores ventajas en nuestra exploración, equipo, materiales y hasta nuevos fofis. Tendrá una gran incidencia en el juego.

Aunque, claro, como ya hemos dicho, muchos de los ciudadanos se unirán tras realizar misiones asociadas a los mismos y, de hecho, estas tareas se acaban volviendo la principal tarea del juego que, por otra parte, no es excesivamente largo si obviamos sus secundarias. Recolección de materiales, misiones de recadero, cazas de monstruos... lo clásico, en lo que ayudará un buen sistema de teletransportes y varios vehículos para evitar que se nos haga muy pesado ir de un sitio al otro.

Otras tareas que realizaremos en nuestra aventura implicarán la resolución de unos puzles y unas batallas campales en las que usaremos a nuestras tropas para derrotar al ejército enemigo en la que existe un sencillo sistema de piedra-papel-tijeras donde el posicionamiento es bastante importante. Si bien en su mayoría no resultan obligatorias, realizar estas actividades nos ayudará a mejorar nuestro reino y, eventualmente, habrá que afrontar una batalla de este tipo en la zona final.

Así con todo, en menos de 40 horas será posible finalizar este Ni No Kuni II, que se alarga principalmente con sus secundarias, que pueden extender el título en más de 20 horas. La dificultad tampoco será demasiado elevada, ya que salvo pérdidas de concentración o en el combate con algún enemigo concreto, la exigencia será muy reducida y podremos avanzar repitiendo la misma estrategia una y otra vez, hasta tal punto que se tuvo que incluir vía DLC gratuito un nivel de dificultad más elevado que ofreciera algún tipo de reto.

A pesar de la evolución visual, el gran colorido o algunos escenarios particularmente hermosos, este título tampoco se puede considerar como una revolución con respecto a su predecesor, repitiendo el "estilo Ghibli" en sus diseños, que ya eran lo bastante sólidos en el título original como para que aquí nos lleguen a sorprender. 

En el apartado sonoro este juego también cumple adecuadamente pero sin espectaculares alardes. Hay varios temas realmente llamativos que acompañan adecuadamente varios momentos del título, pero no llegan a alcanzar un nivel lo suficientemente alto como para enamorarnos.

Ni No Kuni II: El Renacer de un Reino es un título muy simpático y entretenido al que merece la pena darle una oportunidad pero, lamentablemente, no ha intentado llegar mucho más allá. La sencillez y previsibilidad de su trama no tiene grandes aspiraciones, el sistema de combate no resulta particularmente variado (aunque es muy superior al del primer Ni No Kuni) y la duración ha sido alargada artificialmente con decenas de misiones secundarias que aportan muy poco.

Eventualmente, recibiremos un DLC en 2019 que nos ofrecerá más contenido y debería hacernos revisitar el reino de Evan para descubrir lo que nos ofrecen en un título que ya cuenta con una historia adecuadamente cerrada, pero no parece probable que cambie tanto como para las impresiones que nos ha dejado sean diferentes.

¿Qué os pareció a vosotros? ¿Esperábais más o es justo lo que necesitábais?

4 comentarios:

  1. En general he juego me ha gustado, pero flojea bastante en la historia. Hay algunos temas muy sacados de la manga y otros que no se desarrollan como deberían.

    El sistema de combate, pese a ser relativamente similar a otros juegos del estilo (fofis a parte), está bien y entretiene. Aunque es fácil, todo sea dicho. Me pasé el juego en difícil estando casi siempre 5-10 niveles por debajo del recomendado.

    El punto que más me gustó fue la gestión del reino, bastante original ;)

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  2. Yo hasta el momento llevo 30 horas y me ha parecido divertido, no al nivel del primero que lo encontré mucho más encantador y que además mantenía los unimos que eran seres mas entrañables que los fofis, aun asi lo terminare, es un gran juego que ante los RPG orientales, es un soplo de aire fresco, saludos desde Chile.

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  3. Aunque la localización es genial, lo que sí noté es que las escenas totalmente dobladas escasean muchísimo. Incluso escenas de la historia principal se quedan en subtítulos con un "eh?" o "sí", o "gracias!". No sé si es que estaban más limitados por el presupuesto.

    La localización ha sido muy buena, eso sí.

    También me ha matado el buenismo de Evan. A veces me daban ganas de darle de capones. Anda que no se aprovechaban del pobre -_-

    Y sí, como ha dicho mml, bastante fácil. Yo lo jugué en difícil y sólo me atasqué con algún emanente. Si bien es cierto que soy bastante manca para bloquear y esquivar xD

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    1. Los emanantes van a parte, yo hablaba de lo obligatorio. Con esos no podía con 10 niveles menos xDDD

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